Diario de una Summer Camper: Mi Verano Inolvidable en Vaughan Camps

¡Hola! Me llamo Sofía, tengo 12 años y el verano pasado fui al campamento de Vaughan. Ya había estado en otros campamentos "de inglés", pero la verdad es que casi siempre acabábamos hablando en español. Este ha sido completamente diferente. Aquí he vivido en inglés de verdad, ¡incluso soñaba en inglés! Os voy a contar mi experiencia, en este diario.


Parte 1: El Comienzo de la Aventura – ¡Un viaje diferente desde el primer minuto!

¡Por fin llegó el día! Después de semanas preparando la maleta (y revisándola mil veces con mi madre), ha llegado el momento de subir al autobús. Desde el primer segundo, todo fue diferente a otros campamentos. Los monitores nos recibieron con una sonrisa enorme y nos hablaron directamente en inglés. ¡Desde Madrid ya estábamos metidos en la inmersión!

 

El autobús no era solo un viaje, era el comienzo del campamento. Jugamos a presentarnos en inglés y a decir tres cosas sobre nosotros: dos ciertas y una mentira. Me tocó con un grupo muy divertido y nos reímos un montón intentando adivinar las mentiras. También hicimos un reto de vocabulario: cada uno tenía que decir una palabra en inglés relacionada con el verano sin repetir. ¡Parecía fácil, pero después de unas cuantas rondas ya no sabíamos qué más decir!

 

Cuando llegamos a El Guijo, flipé. ¡Era enorme! Teníamos cabañas de madera, un lago, pistas de deportes y muchísimas zonas verdes. Los monitores nos asignaron nuestros grupos y nos llevaron a conocer nuestras habitaciones. Me tocó con otras tres chicas y enseguida nos llevamos bien.

Después, nos enseñaron las normas (todas en inglés, claro) y jugamos un montón de juegos para conocernos mejor. En otros campamentos, las primeras actividades siempre me parecían aburridas, pero aquí todo era divertido desde el primer minuto. Además, no nos dejaban hablar español. En otros sitios siempre terminábamos cambiando de idioma, pero aquí los monitores nos animaban a seguir en inglés, aunque nos equivocáramos. Me daba un poco de vergüenza al principio, pero al ver que todos estábamos en la misma situación, me solté poco a poco.

 

La comida me sorprendió un montón. En otros campamentos había días en los que la comida era un poco... meh. Pero aquí, ¡qué pasada! ¡Estaba todo riquísimo! Había un montón de opciones y siempre algo que me gustaba. Y si alguien tenía alguna alergia o necesitaba un menú especial, lo tenían en cuenta. Me encantó que hubiera siempre fruta fresca y que nos recordaran beber agua constantemente para estar hidratados.

 

Por la noche, después de la cena, hicimos una Night Activity, que fue un juego de pistas en el bosque. Todo en inglés, claro. Nos reímos muchísimo y terminamos agotados. Fue solo el primer día y ya sentía que iba a ser el mejor verano de mi vida...