Llega el verano, los niños desconectan del colegio, de los deberes… y también del inglés. Lo que han aprendido durante el curso puede debilitarse en pocas semanas si no se mantiene una mínima exposición al idioma. Pero ¿cómo hacerlo sin que parezca una obligación o una clase más?
En este artículo te damos ideas prácticas y entretenidas para que tu hijo siga en contacto con el inglés durante las vacaciones sin esfuerzo. También te explicamos por qué es importante evitar largos periodos de inactividad y qué tipo de clases o actividades sí funcionan en esta época.
El aprendizaje de un idioma, como el inglés, requiere regularidad y exposición continua. Cuando se interrumpe bruscamente durante varias semanas (o meses), el cerebro tiende a “archivar” esa información. Algunas consecuencias frecuentes son:
Pérdida de vocabulario reciente.
Dificultad para recuperar la fluidez oral.
Mayor inseguridad al volver a hablar en clase.
Sensación de “haber olvidado todo”.
Esto no significa que el aprendizaje se pierda por completo, pero sí que el ritmo de recuperación al volver en septiembre será más lento, sobre todo si el niño parte de un nivel principiante.
Lo ideal en vacaciones no es añadir deberes o más carga académica, sino crear situaciones reales, divertidas y naturales donde el inglés esté presente. Aquí tienes varias estrategias:
One to One Junior es una opción excelente para mantener o reforzar el nivel de inglés durante el verano. Son clases individuales online, de 25 o 60 minutos, adaptadas al nivel del alumno, que se pueden reservar con total flexibilidad. El niño elige el horario, el ritmo y el tipo de contenido que más le interese: conversación, repaso, vocabulario, etc.
Además, al ser personalizadas y breves, no suponen una carga académica, sino una herramienta útil para seguir avanzando desde casa o incluso durante un viaje.
Los Vaughan Camps son una alternativa perfecta para que niños y adolescentes vivan una inmersión total en inglés mientras se divierten. Hay varias opciones según edad y localización:
Campamentos residenciales: en entornos naturales, con actividades lúdicas y clases dinámicas.
Campamentos urbanos: en Madrid, pensados para niños más pequeños y con horario de día.
Campamento para adolescentes: en la Sierra de Madrid, con enfoque comunicativo, actividades al aire libre y clases por niveles.
Campamento de inglés y fútbol con el Atlético de Madrid: ideal para jóvenes apasionados por el deporte, donde se combinan entrenamientos en inglés con actividades educativas.
Todos ellos ofrecen una experiencia memorable, con monitores bilingües y materiales propios adaptados al método Vaughan.
Pon los dibujos animados en inglés.
Activa los subtítulos en inglés si ya sabe leer.
Cambia el idioma del móvil o la tablet (con tu ayuda).
Esto genera exposición pasiva, pero muy efectiva.
Por ejemplo:
Lunes: canción infantil en inglés y repasar la letra.
Martes: cuento corto o cómic en inglés.
Miércoles: vídeo educativo en YouTube Kids.
Jueves: memory o juego de cartas de vocabulario.
Viernes: mini clase online con One to One Junior.
El secreto está en que sea corto, constante y variado.
Algunas ideas:
Memory con palabras en inglés.
“Simon says” en versión inglesa.
Búsquedas del tesoro con pistas en inglés.
Karaoke con canciones Disney o pop.
Aplicaciones educativas tipo juego.
Aprender sin darse cuenta es la mejor forma de consolidar.
Un día a la semana, toda la familia puede intentar usar solo inglés (con gestos, con dibujos, como se pueda). Se pueden hacer carteles en casa, elegir menús, juegos, etc. Es una forma divertida de implicarse juntos y de aprender sin presión.
Sí, pero sin convertirlo en una batalla diaria. Lo importante es que haya pequeños contactos con el idioma, aunque no haya clases formales. A veces basta con cantar juntos una canción o ver un episodio de dibujos en inglés.
Insistir con cariño, ofrecer alternativas y dejar que el niño elija entre varias opciones es más eficaz que imponer tareas.
El verano no tiene por qué ser una pausa total del inglés. Con las herramientas adecuadas y una actitud flexible, se puede mantener e incluso mejorar el nivel sin clases aburridas ni presión.
Recuerda estas claves:
Exposición constante, aunque sea mínima.
Actividades divertidas, breves y variadas.
Clases adaptadas como One to One Junior.
Experiencias inmersivas con los Vaughan Camps.
Implicación familiar como ejemplo y acompañamiento.
Con el enfoque adecuado, el inglés puede formar parte del verano de forma natural, motivadora y muy efectiva.