«No lo entiendo. Si corriges al alumno demasiado, pierde confianza en sí mismo y no aprende inglés bien».
Un día, hace ya algún tiempo, algunos de los Vaughan Teachers estabamos impartiendo un taller sobre cómo dar clase con el método Vaughan en las aulas de primaria. Uno de los participantes nos expresó esta duda. Se trataba de un profesor de primaria que decía que él nunca corregía a sus alumnos, porque quería mantener un ambiente cómodo en su clase. Nos miramos entre nosotros, sin saber muy bien qué contestar.
¿Quieres que tus peques aprendan inglés con Vaughan?
El método Vaughan se basa en la corrección inmediata, es más, consideramos que corregir a un alumno es la responsabilidad de un buen profesor. Para nosotros, los errores son algo positivo, porque muestran los puntos débiles que tienen los estudiantes con el inglés, e identificar esos puntos es el primer paso para mejorarlos. Mamen, una de nuestras profesoras cogió el micrófono y dijo básicamente eso. Sin embargo, el profesor de primaria seguía teniendo dudas.
«Pero yo quiero fomentar la conversación libre en mis clases. Si están todo el tiempo corrigiendo a los alumnos, ¿cómo pueden aprender a expresarse de forma fluida?»
Sinceramente, en Vaughan no creemos en la conversación libre dentro del aula, porque pensamos que en este tipo de interacciones los que suelen hablar más son los que tienen más nivel o son más extrovertidos. Nosotros creemos que hay que incluir a todo el grupo para que todos participen por igual y es más fácil conseguirlo cuando el profesor gestiona la clase de forma activa. En este caso fue John quien contestó.
El profesor insistía:
«Pero esto supone un gran esfuerzo para el profesor, ¿no? Lo de guiar una conversación en el aula para que todos participen y para que cada uno de los alumnos mejore sus puntos débiles».
Pues sí. Obviamente.
En una clase con el método Vaughan todos sudan la camiseta, tanto los alumnos como el propio profesor. Eso de quedarnos sentados en la silla mientras los niños escriben en sus cuadernillos no va con nuestro estilo de enseñanza. Nosotros nos levantamos, los motivamos, y les hacemos esforzarse, aunque siempre de forma divertida. ¿Y sabes qué es lo mejor? Que les encanta.
«Lejos de vivirlo como una obligación, en una clase Vaughan el proceso de aprendizaje se convierte en algo parecido a un videojuego adictivo."
Todos quieren participar aunque les genera cierta tensión hacerlo. Es lo que nosotros llamamos tensión positiva, Y a la vez que la alumna o el alumno progresa, va ganando confianza, fluidez y precisión al hablar.
El profesor que nos estaba comentando todas sus dudas asintió con la cabeza y tomamos un pequeño descanso.
Después del descanso, la idea del taller era que todos los asistentes hiciesen su propia clase «estilo Vaughan» adaptada a las necesidades de un aula de primaria.
El profesor que nos había estado expresando todas sus dudas fue el que mejor lo hizo.
Después del taller, salimos a tomamos unas cañas. Era un sábado por la tarde y estábamos francamente agotados. «Espero que el profesor no haya salido con una mala impresión del método», dijo Mamen. Tomamos un trago de nuestras bebidas, algo preocupados también.
Al lunes siguiente, de vuelta al trabajo y sentados en nuestras mesas, recibimos un email del profesor.
«Muchas gracias por el taller del sábado. Fue muy interesante. A partir de ahora, voy a intentar incorporar el método en mis clases. Un saludo».
Esto nos hizo pensar en sus estudiantes, yendo a clase todos los días, motivados para mejorar su inglés. Y, por supuesto, también pensamos en el profe que estaba enseñando con esos mismos libros que habíamos escrito nosotros. Para este equipo de profesores, escritores y comunicadores no hay nada más gratificante que hacer que el camino del inglés sea más llevadero y enriquecedor para nuestros alumnos. Al fin y al cabo, profesores, escritores y alumnos estamos todos en el mismo barco.
¿Quieres que tus peques aprendan inglés con Vaughan?