Si de verdad quieres aprender a comunicarte, no basta con aprender unas palabras en inglés y unos conceptos gramaticales y luego no usarlos. Estaría bien, pero no funciona así. Lo cierto es que hay que practicar porque, si no, se te va a olvidar casi todo. En este artículo te presentamos una rutina de entrenamiento de alto rendimiento para perfeccionar tu inglés en cinco pasos. Porque si de verdad quieres mejorar, lo que tienes que hacer es dejar de estudiar y empezar a aprender.
Antes de empezar cualquier work out (entrenamiento), es importante que tengas a mano todo el material que vayas a necesitar. Un truco es guardar un bolígrafo, unos post-its y un cuaderno en un sitio en el que sepas que no se te va a olvidar. Un consejo: usa siempre el mismo cuaderno en lugar de papeles sueltos, así lo tendrás todo localizado para cuando te pongas a repasar.
El warm up (calentamiento) es muy importante en el deporte y con tu inglés pasa lo mismo. Elige algo que ya te sepas justo antes de empezar. Si ya lo has estudiado y revisado varias veces, mejor. Ni se te ocurra pensar que hay temas que sean demasiado fáciles; por muy sencillo que te parezca, si no lo practicas a diario lo olvidarás. Algunas ideas para el calentamiento son los verbos auxiliares, las preguntas o los verbos irregulares en el pasado y el presente perfecto.
Ha llegado el momento de la verdad, el momento de darlo todo, o, como decimos en inglés, el crunch time. Escoge algo que te cueste, algo que te resulte complicado. Como dice el refrán: No pain! No gain!, es decir Quien algo quiere, algo le cuesta. Lee frases con gramática o vocabulario difícil, juega con el lenguaje, cambia frases de afirmativa a negativa e interrogativa a toda velocidad, cambia el sujeto, el tiempo verbal... Y si cometes un solo error, ¡a empezar de nuevo!
Cualquier actividad intensiva y rápida vale. Por ejemplo, puedes comprobar cuántas veces eres capaz de leer correctamente y en voz alta listas de vocabulario en un espacio de un minuto. Repite la actividad 4 o 5 veces e intenta mejorar tus resultados. Si acabas sudando, ¡buena señal!
Repasa todo lo que has visto en tu sesión de entrenamiento en inglés. Toma notas, para recordarte a ti mismo o a ti misma todo lo que has conseguido. Y, por supuesto, no te olvides de fijarte objetivos para la próxima sesión. ¿Notas el cansancio? ¡Bien! Eso es que ha funcionado. Ahora descansa y prepárate para repetir mañana. Si haces esto todos los días de la semana durante unos meses, verás como tu inglés da un enorme salto de calidad.